sábado, 5 de abril de 2014

Primer Visita a San Nicolás del Carmen (4 de Abril 2014)

Hoy me levanté muy temprano sabiendo que no tendría vehículo para desplazarme, por un lado me gustó que así fuera, para conocer las dificultades que tienen las personas sin coche para desplazarse por San Luis de La Paz, cabe aclarar que no tengo coche propio y siendo de Guanajuato Capital, realmente no lo había necesitado, pero estar yendo a las comunidades sin coche es un gran problema.

Para empezar no hay un camión que vaya de comunidad a comunidad, hay que ir primero a San Luis de la Paz y de ahí buscar un camión que te lleve al otro lado, la mayoría de estos camiones pasan cada media hora y no es como que se preocupen mucho por la puntualidad; Salí de Pozos (donde está la base de operaciones) a las 8:30 de la mañana, llegué a san Luis a las 9 y luego empecé a preguntar cómo llegar a San Nicolás del Carmen, una de las comunidades en las que estaré trabajando, y nadie parecía saber que existía tal comunidad; finalmente me acerqué a una constructora que está frente a la central (sabiendo que San Nicolás es una comunidad dedicada a la producción de tabique me imaginé que me podrían orientar) ahí finalmente uno de los trabajadores me supo decir “toma la línea verde, es la ruta 2”. Armado con esta nueva información me paré a esperar el camión.

Casi media hora más tarde ví un camión que tenía escrito en su ventana de enfrente con pintura para zapatos blanca “R 2”, le indiqué que quería subir y el chofer detuvo el camión mientras me miraba escéptico. “¿va a San Nicolás?” le pregunté, “No hay camiones a San Nicolás, lo más que te acerco es a San Ignacio”. San Ignacio es una comunidad sub-urbana que está en la entrada que lleva a San Nicolás, así que me subí.

Después de un trayecto de 10 minutos se detiene el camión y el chofer me dice “aquí bajas amigo”; sin hacer más preguntas me bajé del camión y una señora que también vivía allá me dijo “¿a cuál San Nicolás vas?”, yo ni siquiera había contemplado la posibilidad de que hubiera más de uno; “Voy a San Nicolás del Carmen” le dije y la señora amablemente me guió por el camino. Nos tomó 40 minutos caminando llegar a la entrada de San Nicolás.

Durante el camino la señora me comentaba del problema que tienen ahí con la basura, al parecer en San Nicolás las tabiqueras (talleres donde se fabrica tabique) solían cocinar el tabique con la basura generada por los habitantes de la comunidad. Los trabajadores pasaban calle por calle recogiendo la basura que después utilizaban para fabricar el ladrillo, quemaban el ladrillo por las noches, sabiendo que era ilegal su actividad “había que descolgar la ropa en la noche o amanecía toda negra” me comentó la señora; hace unos meses la comisión de medio ambiente detuvo esta práctica que no sólo era dañina para el medio ambiente, sino que causaba enfermedades respiratorias y enfermedades de la vista en las comunidades, lo que fue algo muy bueno; el problema es que ahora no hay quién recoja la basura de la comunidad. Ahora cada casa quema su propia basura.

El problema en San Nicolás es el siguiente, la comunidad es tan extensa y tiene tan pocos habitantes que las camioneta privadas que suelen recoger la basura para pepenarla después no ven el beneficio de pasar calle por calle a una comunidad tan extensa y que en sí no produce suficiente basura como para que valga la pena el esfuerzo; aún no sé cómo atender este problema, he pensado desde bio-digestores hasta utilizar la basura como material de construcción; de cualquier manera no es un problema sencillo, ni las soluciones que he pensado terminarían con el problema para siempre.

Finalmente llegué a la casa del sub-delegado de la comunidad, resulta que andan en temporada de elecciones para la delegación y el sub-delegado quiere convertirse en el próximo delegado. Después de platicar un rato sobre el proyecto de vaca lechera que tiene (siendo interrumpidos constantemente por personas que le pedían que le redactara una carta o un oficio) me llevó a visitar el sitio donde pretende poner a las vacas. Después de tomar unas fotos del lugar me dijo que prefería tener borregas para carne, en lugar de vacas, lo que estropea un poco todo el trabajo de gestión que se ha llevado hasta ahora para su proyecto, pero en fin… supongo que son cosas a las que tendré que acostumbrarme.

Afortunadamente, me ofreció un raid en su motocicleta hasta la estación de autobuses, nos despedimos unas tres veces porque tras cada estrechón de manos me decía una cosa nueva, pero finalmente se regresó a su comunidad, yo aproveché para ir al centro de San Luis para recoger un disco en la Secretaría de Educación de Guanajuato (división noreste), disco que no tenían, así que después de que me prometieran con una cara de angustia que enviarían la información por correo, decidí que era hora de regresar a Pozos.

Después de un largo, o mejor dicho un corto, pero extremadamente lento camino hacia Pozos, decidí que era hora de ir a arreglar la camioneta, visité a Martha que muy amablemente me llevó con un mecánico amigo suyo, desgraciadamente no se encontraba, así que quedé de regresar una hora más tarde (osea a las 4pm), regresé a las 4 y no había ni mecánico ni Martha, fue entonces cuando recordé una regla que me habían dicho de las comunidades “No intentes hacer nada a la hora de la siesta”.

Regresé a casa de Pablo y me invitó a comer, al ser estadounidense comía más tarde que los demás, le platiqué de mi día y eventualmente se me fue el tiempo de la tarde, de todas formas me explicó Pablo que Martha tenía una junta a las 5 de la tarde y probablemente saldría muy tarde, así que me dediqué a tomar un mezcal (botella de Mezcal) con Pablo, que terminó en una plática muy profunda sobre la inexistencia del yo… y sobre jardines.


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