viernes, 11 de abril de 2014

No Hay nada que mate más proyectos que mencionar la palabra “Hacienda” (10 de Abril 2014)


Hoy paseaba en la troca con quema cocos, parquemos la wawa y le tocamos al loco… bueno no, la camioneta que me prestó la fundación no es la gran cosa, consume gasolina como si fuera un tanque y vibra más que una reguetonera Twerkeando, pero dentro de todo saca la chamba. Finalmente tuve la posibilidad de estar en las tres comunidades en un solo día, lo que me hizo sentir super productivo… por un rato, hasta que llegué a las juntas que había organizado la semana anterior y me di cuenta de que casi nadie había asistido.

Al parecer en una de las visitas anteriores a la que no asistí por andar en Guanajuato fue el analista del fomento al autoempleo de la secretaría de desarrollo económico, que para mí desgracia es muy sincerote y al espantó a la mayoría de las personas con proyectos productivos al informarles que después de un año de trabajar con los recursos de la secretaría estarían obligados a registrarse en hacienda si querían conservar el equipo que se les otorgaría en comodato (el comodato es una forma legal de contrato donde el dueño le concede a otra persona el goce y usufructo de su bien sin beneficio para sí mismo (usufructo es sacar ganancias pues)).

Cuando llegué a la primera comunidad, Toreador de en Medio, sólo había tres personas cuando una semana antes habían asistido 15 a la junta. Cuando les pregunté por qué no habían llegado más personas me dijeron que muchas se habían desanimado “por eso de darse de alta en hacienda”; En Toreador todos los proyectos que está trabajando la fundación están propuestos por mujeres, es un caso especial, ya que si bien Toreador es una comunidad de muchos migrantes hace un par de años la situación empeoró al perderse un camión que se dirigía a Estados Unidos. Cuando digo “perderse” es que no se ha sabido nada del camión o sus pasajeros desde entonces, en ese camión iban más de 40 hombres de esta comunidad. El Instituto de la Mujer ha trabajado mucho en los últimos años para ayudar a sacar adelante a los hijos de estas mujeres, pero no pueden vivir de asistencia pública para siempre; es uno de los problemas que ya saben que no les podemos ayudar.

Me comprometí a llevarles información sobre los requisitos que lleva darse de alta en hacienda, averiguar cuándo empezarían las capacitaciones que se les habían prometido, y más cosas sobre los cursos de música que pronto estarán ejecutándose en la comunidad, además las amenacé con irlas a buscar a “la doctrina” el sábado por la tarde y que corrieran la voz de que se necesitaban los CURP de todas para gestionar su capacitación. Después salí rapidísimo a San Nicolás del Carmen porque se me hacía tarde para mi siguiente junta. Llegué 10 minutos tarde, y ya me estaban esperando algunas mujeres afuera de la clínica, donde se realizan las juntas de la fundación al parecer.

Nuevamente llegó mucho menos gente de la que esperaba, cuando le pregunté por qué no habían venido más personas me dijeron “No pos es que muchas se espantaron por lo que dijo el señor del otro día”; nuevamente el fantasma del analista de desarrollo económico haciéndome quedar mal en mi trabajo. Recolecté los CURP de las 6 mujeres que fueron y quedé de volver por más el siguiente lunes.


Esta no es la clínica, pero la verdad nunca he tenido el habito de tomar fotos de lo que hago, así que coloco esta que no tiene nada que ver con  el párrafo... pero es en San Nicolás, lo prometo.

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